The Cosmic Fémina (Jimetaler): marzo 2013

Introducción al Blog "The Cosmic Fémina"


Eres la visita número

Crónicas Marcianas de Ray Bradbury


"La Tercera expedición", llevada a cabo por un séquito de hombres que viajan hacia el planeta rojo en busca de descubrimientos y aventura, es el comienzo de una fascinante y reflexiva, aunque confusa y delirante visita por los engañosos suelos de Marte y a sus habitantes, que ciertamente no parecen ser muy distintos a los humanos, tanto en costumbres y rasgos, ¡incluso lenguaje!. 
¿Un viaje en el tiempo? ¿Una visita al pasado? A primera instancia, este planeta parece remontarse hasta los años 20, y los tripulantes, excitados y contrariados a su vez, parecen experimentar diversas opiniones al respecto, sin embargo no tienen la certeza de qué es lo que les aguardará en ese enrarecido y misterioso sitio... 

"-Bueno, pienso que reordenaría la civilización de Marte, de modo que se
pareciera, cada día más, a la de la Tierra. Si fuese posible reproducir las plantas,
las carreteras, los lagos, y aun los océanos, los reproduciría. Luego, mediante una
vasta hipnosis colectiva, convencería a todos en un pueblo de este tamaño que
esto era realmente la Tierra, y no Marte.
-Bien pensado, Hinkston. Creo que estamos en la pista correcta. La mujer de
aquella casa piensa que vive en la Tierra. Ese pensamiento protege su cordura.
Ella y los demás de este pueblo son los sujetos de¡ mayor experimento en
migración e hipnosis que hayamos podido encontrar.
-¡Eso es! -exclamó Lustig.
-Tiene razón -dijo Hinkston.
El capitán suspiró.
-Bien. Hemos llegado a alguna parte. Me siento mejor. Todo es un poco más
lógico. Ese asunto de las dimensiones, de ir hacia atrás y hacia delante viajando
por el tiempo, me revuelve el, estómago. Pero de esta manera... -El capitán
sonrió-: Bien, bien, parece que seremos bastante populares aquí.
-¿Cree usted? -dijo Lustig---. Al fin y al cabo, esta gente vino para huir de la
Tierra, como los Peregrinos. Quizá vernos no los haga demasiado felices. Quizás
intenten echarnos o matarnos.
-Tenemos mejores armas. Ahora a la casa siguiente. ¡Andando!
Apenas habían cruzado el césped de la acera, cuando Lustig se detuvo y miró a lo
largo de la calle que atravesaba el pueblo en la soñadora paz de la tarde.
-Señor -dijo.
-¿Qué pasa, Lustig?
-Capitán, capitán, lo que veo...
Lustig se echó a llorar. Alzó unos dedos que se le retorcían y temblaban, y en su
cara hubo asombro, incredulidad y dicha. Parecía como si en cualquier momento
fuese a enloquecer de alegría. Miró calle abajo y empezó a correr, tropezando
torpemente, cayéndose y levantándose, y corriendo otra vez.
-¡Miren! ¡Miren!
-¡No dejen que se vaya! -El capitán echó también a correr.
Lustig se alejaba rápidamente, gritando. Cruzó uno de los jardines que bordeaban
la calle sombreada y entró de un salto en el porche de una gran casa verde con un
gallo de hierro en el tejado.
Gritaba y lloraba golpeando la puerta cuando Hinkston y el capitán llegaron
corriendo detrás de él. Todos jadeaban y resoplaban, extenuados por la carrera y
el aire enrarecido."

Fragmento del relato "La Tercera Expedición", tomado del libro: Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury.





Empty eyes


Grisácea tonalidad la de los miedos vestidos de frialdad. Monocromático reposo, mientras toda la vida allá afuera se va... Inmerso estás en un pasado que consume aun, y que sigue presente en la conjugación del verbo que remonta al ahora, que recuerda a cada hora el tiempo, haciéndote creer que será eterno, no obstante tu reposo sigue siendo el más limitante obstáculo; tu letargo es el más angustiante veneno.
El pululante instinto de quedar inmerso en un dolor lento y pasivo es autodestructivo. Te materializas cada vez más,  te conviertes constantemente en lo que no eres, de ti te vas y te vas haciendo de rígidos escudos, de impenetrables silencios, de evasivas respuestas, de gélida mirada, de enmudecidos sueños que permanecen en lo más recóndito de tu expresión, de sonrisas vacuas, de falsos amores, de falsos afectos;
finges de muchas formas, posees muchas máscaras y así escondes la vulnerabilidad. Tu esencia se ha escapado, pero aun queda algo dentro de ti que puede revivir  a la persona que alguna vez fuiste: aquella que con defectos y temores y virtudes era perfecta, aquella que alguna vez pudo compartir lo que ahora reprime, incluso amar lo que ahora desdeña… No hay mejor forma de renacer, olvidando cuan nocivo pudo ser el pasado y creyendo y creando un futuro distinto. 
Pueden ser las palabras un portal de salvación. Puede ser un abrazo la dicha de volver a creer. Puede ser un beso la llave al amor, puede un susurro reavivar la llama de una empolvada esperanza… Todo comienza desde un amanecer interno que te reconforte y te haga retomar tu curso inicial. Todo comenzará desde el momento en que tú lo decidas y cuando por fin optes por vivir y despertar. Aun queda algo dentro de ti que puede revivir a la persona que alguna vez fuiste: aquella que con defectos y temores y virtudes era perfecta...


POLARIDAD


"Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba"  Hermes